Leer en voz alta es lo mejor que puedes hacer para fomentar un amor duradero por la lectura. Y nunca es demasiado pronto para comenzar.
Toda pareja que ha presenciado la introducción del bebé a su primer libro –el bebé lo examina brevemente, y procede a masticar la portada hasta dejarla irreconocible- se pregunta si las noticias acerca de la importancia de la temprana introducción del niño a los libros no son una tremenda exageración.
La verdad es que no. A partir del nacimiento, los bebés se van convirtiendo en lectores y van desarrollando su habilidad para la escritura. Escuchar, pintar, jugar con las palabras y contar historias, son actividades que preparan el terreno para la excelencia en la lectura y el gozo de los libros más adelante.
Toda pareja que ha presenciado la introducción del bebé a su primer libro –el bebé lo examina brevemente, y procede a masticar la portada hasta dejarla irreconocible- se pregunta si las noticias acerca de la importancia de la temprana introducción del niño a los libros no son una tremenda exageración.
La verdad es que no. A partir del nacimiento, los bebés se van convirtiendo en lectores y van desarrollando su habilidad para la escritura. Escuchar, pintar, jugar con las palabras y contar historias, son actividades que preparan el terreno para la excelencia en la lectura y el gozo de los libros más adelante.
Aunque un bebé no comprenda todas las palabras que se le leen, estar en contacto con los libros desde los primeros meses es un paso esencial para fomentar el hábito de la lectura y el gozo que se obtiene a través de ella.
Lo mismo que aprender a caminar y a hablar, la habilidad para leer se desarrolla lentamente, en varias etapas. Mucho antes de que el niño pueda leer, debe estar familiarizado con los libros. Leerle a un bebé es la mejor forma de comenzar. Si haces de la lectura un momento agradable, el bebé la asociará con el cariño y la cercanía. Haz que la lectura forme parte del tiempo que pasas con tu hijo conviviendo y jugando, y no que se perciba como una actividad obligada.
Lo mismo que aprender a caminar y a hablar, la habilidad para leer se desarrolla lentamente, en varias etapas. Mucho antes de que el niño pueda leer, debe estar familiarizado con los libros. Leerle a un bebé es la mejor forma de comenzar. Si haces de la lectura un momento agradable, el bebé la asociará con el cariño y la cercanía. Haz que la lectura forme parte del tiempo que pasas con tu hijo conviviendo y jugando, y no que se perciba como una actividad obligada.
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